Suerte tuvimos cuando bajamos del micro en Arequipa, cuando me abrieron la campera en Mardrid y no me sacaron el celular, cuando llegamos a Machu Picchu y estaba soleado.
Suerte es pedir el plato de la casa y que sea una fiesta.
Suerte fue llegar una hora antes a la terminal y poder tomar el micro que creíamos salir una hora más tarde.
Suerte fue ver ganar a Colombia un partido del mundial en su tierra, y que España quedara eliminado antes de llegar a la suya.
Suerte tuvimos en Uyuni cuando nos rescataron del salar después de estar tres horas varados, y suerte fue haber encontrado un camping en Portugal cerca de la playa.
Suerte tuvimos en Galicia que no nos llovió, y en Ecuador cuando pasamos la frontera sin colas.
Suerte es ser argentina en Nápoles y en el resto del mundo, también.
La vueltalmun, no, la vueltalmun no fue suerte, fue una decisión. Una decisión que tomamos, por suerte.