Viajar en el Metro de Estocolmo es más que una cuestión de movilidad, es una experiencia inmersiva que nadie debería perderse si visita la capital sueca. Dotado de funcionalidad y eficiencia, este transporte público además ofrece atractivas paradas con diseños muy creativos, por lo que son consideradas las estaciones de metro más bonitas del mundo. En este artículo te contamos cuáles creemos que son las paradas imperdibles.
Casi el 90% de las estaciones del metro de Estocolmo están intervenidas artísticamente, con paredes y techos coloridos y detalles intrincados. Algunas estaciones tienen mosaicos y otros tienen murales y esculturas. Hay incluso estaciones con jardines y fuentes dentro. Cada estación es única y ofrece una experiencia diferente a los viajeros.
Comenzamos en la T-Centralen, la estación principal de Estocolmo, dónde confluyen todas las líneas y por donde a diario pasan miles de personas. Por fuera es imponente, con un estilo neoclásico, típico de los grandes edificios públicos europeos. Por dentro están las boleterías y los diferentes accesos al metro y al tren. También incluye varios locales comerciales y una enorme sala de espera. Una vez bajamos al mundo subterráneo, nos encontramos con una estación con ribetes azules que inspira y relaja.
Siguiendo por la línea azul, nos encontramos con la curiosa estación Kungsträdgården, que presenta reliquias de muchos edificios derribados durante la remodelación del centro de Estocolmo durante las décadas de 1950 y 1960. Tiene un aspecto natural, con muros rocosos que vierten humedad y emulan a una caverna llena de musgo.


La estación de metro Thorildsplan en la línea verde es una de nuestras favoritas. Es una de las tres estaciones ubicadas en la superficie, a pie de calle, en el centro de Estocolmo. Está decorada con mosaicos que conforman diferentes diseños característicos de los videojuegos. Desde el hongo y las tuberías de Mario Bross hasta el Pacman y sus fantasmitas. Cada mosaico representa a un pixel de la cultura digital noventera. La estación fue construida en 1952, pero la obra de arte pixelada de Lars Arrhenius es una remodalación hecha en 2008.

La estación Stadion, en la línea roja, también es una de las más bonitas, porque además de su increíble diseño tiene un mensaje que intenta romper esteriotipos. Como la mayoría de las estaciones subterráneas del Metro de Estocolmo tienen aspecto de cuevas rocosas, los artistas encargados en el diseño de esta estación, buscaron llenarla de color para salir del pensamiento lugbre que nos remite la caverna. Por eso, predomina el color celeste, como si se tratara del cielo, y en el centro vemos un extenso arcoiris muy llamativo que se lleva todas las fotos.

Además de ser curiosas, las estaciones del metro de Estocolmo son extremadamente funcionales y puntuales. Muchos turistas visitan la ciudad específicamente para explorarlas y ver las obras de arte. Por eso, si en tus planes está una próxima visita a la capital de Suecia, no dejes pasar la oportunidad de conocerlas.
Seguinos en las redes sociales!
Encuentra vuelos baratos en:
