Las ganas de visitar Ushuaia hacía largo rato que me rondaba por la cabeza. Es la parte más austral de la Patagonia Argentina, y eso es mucho decir para quien está acostumbrado a vivir en zonas urbanas. Una noche, buceando en páginas de aerolíneas, llegamos a una de esas ofertas que aparecen muy de vez en cuando, y no dudamos en lanzarnos a la aventura de emprender un viaje al Fin del Mundo.
Por su ubicación geográfica, en el último tramo del continente, el clima en Tierra del Fuego es duro, con temperaturas bajo cero, pero ese no podía ser impedimento para conocer uno de los lugares más alucinantes del mundo. Asique, mientras el otoño comenzaba a asomarse, armamos la mochila y nos fuimos a visitar Usuahia.

Nos alojamos en una casa ubicada en la montaña, en una retirada reserva natural, desde donde se podía observar en perspectiva, como en un enorme lienzo, el cielo gris y el manto oscuro del mar, en contraste con las casitas de colores, sus techos cubiertos de nieve y sus vistosos canteros con flores.

Ushuaia es una ciudad rara, aún inundada por los recuerdos de la Guerra de Malvinas de 1982. Es el Fin del Mundo en todos los sentidos, y uno puede percibirlo con tan solo recorrer algunas de sus desoladas calles. El frío y la nostalgia, estimo, hacen que sus habitantes vivan dentro de sus casas, en dónde siempre hay un hogar encendido y el delicioso olor a pan horneado. Sin dudas, que sea la última ciudad del continente atrae a turistas de todas partes del mundo, que son muy bien recibidos por los locales.
El clima en Ushuaia también merece una mención, con temperaturas bajo cero y nieve la mayor parte del año, marcan el pulso de la vida en la ciudad. En verano, la temperatura oscila entre los 12 y 15 grados de máxima.
Y como todo destino turístico, en Ushuaia hay atracciones para todos los gustos. Desde excursiones en barco por el canal de Beagleen busca del viejo faro hasta expediciones en helicóptero, pasando por la vieja cárcel devenida en museo, el freeshop de la calle principal y hasta el internacional HardRock Café. Aunque, si me preguntan, no cambio por nada la visita al hermoso Parque Nacional, en dónde un descanso a la orilla del Lago Roca puede convertirse en el mayor de los lujos, para finalizar el día con una cena regional en el conocido Almacén de Ramos Generales.


La experiencia de visitar Ushuaia fue más que placentera y sumamente recomendable para quién decida alejarse unos días del ruido de las grandes ciudades. Es una sensación única llegar uno de los puntos más recónditos de América, que luce diferente según cada estación del año y está muy preparado para recibir al turismo. El resto, es vivir en primera persona la aventura de llegar al fin del mundo.